En un mundo ideal, todo estudiante con discapacidad de aprendizaje DA (en inglés, Learning Disabilities o por sus siglas LD) o déficit de atención con hiperactividad TDAH (en inglés, Attention-Deficit/Hyperactivity Disorder o por sus siglas AD/HD) sería el encargado de trazar su propio destino al finalizar la escuela secundaria. Pero en la realidad, son sus padres los que organizan el proceso de planeamiento para la transición. No obstante, se debe alentar a los adolescentes para que participen activamente en el planeamiento de su transición a la adultez (incluyendo la posibilidad de ir a la universidad).

Este artículo explicará las diferencias entre la escuela secundaria y la universidad. Quizás esta información ayude a los estudiantes con problemas de aprendizaje y/o atención a tomar decisiones informadas con relación a la educación posterior a la escuela secundaria. Para los estudiantes que deciden que la universidad es lo adecuado para ellos, el artículo también explica los pasos esenciales hacia la independencia, que deben dar los estudiantes de la escuela secundaria con DA y/o TDAH, antes de postularse para la universidad. 

Diferencias entre la escuela secundaria y la universidad

Si una estudiante secundaria toma una decisión informada sobre asistir a la universidad y planear eficazmente su transición a la educación posterior a la escuela secundaria, será necesario que tanto ella como su grupo interdisciplinario, si es que lo tiene, tomen conciencia de las grandes diferencias inherentes al ambiente de la escuela secundaria en comparación con el de la universidad  (Brinckerhoff, McGuire & Shaw, año 2002).

Cantidad de tiempo en clase y acceso a los profesores

Dos de las mayores diferencias entre la escuela secundaria y la universidad son la cantidad de tiempo en clase y las oportunidades de comunicación directa con los profesores. Los estudiantes de la escuela secundaria están alrededor de 6 horas por día en clase, y es común que estén en comunicación con sus profesores cuatro o cinco veces por semana. En comparación, las clases de la universidad se dan una o dos veces por semana, por lo cual las oportunidades de comunicación directa con los profesores son mucho mas limitadas. En la universidad, con frecuencia los miembros de la facultad tienen un horario de asistencia limitado, haciéndose difícil para los alumnos encontrar el momento para reunirse con sus profesores. Con el advenimiento de los cursos por Internet esta tendencia está cambiando, aunque el acceso directo al instructor del curso, en lugar de un ayudante de clase, sigue siendo un problema.

Tiempo de estudio

Comúnmente los estudiantes del colegio secundario dedican una cantidad limitada de tiempo para realizar los deberes en sus casas. En cambio, a menudo trabajan en las tareas asignadas mientras se encuentran en la sala de estudio o en la sala de recursos. Por el contrario, los estudiantes de la universidad deben aprender a administrar su propio tiempo de estudio. Como regla general, por cada hora de clase los estudiantes de la universidad deben dedicar tres horas de tiempo fuera de clase para preparar los trabajos que se les asignan.  Para los estudiantes con DA y/o TDAH esta regla fundamental debe duplicarse, teniendo en cuenta el tiempo necesario para repasar las notas de clase, las lecturas o escuchar libros de texto en audio, e integrar los materiales del curso que provienen de diversos orígenes (por ejemplo, textos, apuntes, tareas de laboratorio). 

Servicios de apoyo

Muchos estudiantes secundarios con DA están acostumbrados al personal de educación especial, especialistas en aprendizaje o personal de biblioteca que está dispuesto a dejar de hacer sus labores y “rescatarlos” antes de un trabajo escrito o exámenes de mitad de año. La mayoría de los recintos universitarios tienen una oficina de servicios para discapacitados, pero pocos tienen personal disponible todo el tiempo, que pueda ayudar con una edición de último minuto de un trabajo escrito, la preparación de exámenes o darles clases sobre contenidos.

Tamaño de los cursos

En general, las aulas de la escuela secundaria tienen una capacidad para alojar entre 25 y 30 estudiantes, mientras que la mayoría de los salones de las universidades son salas de conferencias para 200 ó 300 estudiantes. Durante el primer y el segundo año de la universidad, habitualmente los estudiantes son arreados a auditorios gigantes e impersonales con escritorios diminutos para las materias principales, tales como introducción a la civilización occidental o psicología básica. Estos ambientes pueden ser útiles para la amplia difusión de información, pero los estudiantes con TDAH y/o problemas de organización pueden distraerse con mucha facilidad.

Comentarios u opiniones del profesor y calificaciones

En la escuela secundaria, a menudo se indican tareas para la casa todos los días y se espera que los estudiantes las entreguen diaria o semanalmente para que el profesor haga sus comentarios. En la universidad, los “deberes” frecuentemente consisten en proyectos a largo plazo (sin revisiones programadas) tales como trabajos escritos que requieren el uso intensivo de recursos de Internet o tareas de colaboración entre compañeros. 

Es común que los estudiantes universitarios reciban sólo dos o tres calificaciones por semestre. La primera calificación no aparece hasta la mitad del período, luego de transcurridas cinco o seis semanas del semestre. Para los estudiantes de la escuela secundaria con DA, ésto es un cambio ya que están acostumbrados a recibir comentarios u opiniones de los maestros en forma regular y frecuente. Muchos alumnos universitarios de primer año con DA o TDAH se encuentran por primera vez en un ambiente académico que es mucho más competitivo de lo que jamás imaginaron. Las calificaciones de la escuela secundaria basadas en mediciones subjetivas como el “esfuerzo” o el “nivel de mejora” en la universidad se reemplazan con calificaciones asignadas por ayudantes que buscan respuestas programadas y el dominio de los objetivos del curso previstos en el programa de estudio. La novedad y el tamaño de la universidad combinados con el rigor académico del programa de estudio hacen particularmente difícil para estudiantes con DA o TDAH mantenerse enfocados y al día con las tareas asignadas.

Estilo de enseñanza

En la universidad no sólo son diferentes las calificaciones, sino también el estilo de la enseñanza. Los profesores de la escuela secundaria a menudo son responsables de la enseñanza a una amplia gama de estudiantes y de enseñar contenidos basados en hechos, mientras que los instructores de la universidad con frecuencia esperan que los estudiantes consoliden la información del curso obtenida de distintas fuentes independientes, en lugar de repetir sin pensar, hechos aislados. Los profesores de enseñanza secundaria se caracterizan por tomar asistencia, controlar regularmente el cuaderno de anotaciones y los deberes. Los profesores de la universidad raramente toman asistencia y casi nunca monitorean el trabajo diario de los estudiantes. En general dan clase sin parar y exigen que los estudiantes piensen analíticamente y que ellos mismos sinteticen información abstracta. Con frecuencia los estudiantes con DA deben adaptarse a muchos estilos diferentes de enseñanza a los que no estaban acostumbrados, mientras exploran con sumo cuidado el material del curso durante semanas sin recibir una opinión directa de su instructor.

Equilibrio entre la vida personal y la académica

Tal vez el mayor reto al que se enfrentan los estudiantes con DA y TDAH cuando comienzan la universidad es equilibrar su vida personal con las demandas académicas. Los estudiantes de la escuela secundaria a menudo notan que su tiempo libre está estructurado por las limitaciones que les imponen sus padres, sus profesores y otros adultos. Por otro lado, los ambientes universitarios exigen que los estudiantes se desempeñen en forma independiente manejando su propio tiempo, de día y de noche. Con frecuencia los estudiantes están mal preparados y abrumados mientras intentan encontrar un equilibrio entre las tareas que deben realizar para los cursos y una vida social activa.

Pasos esenciales hacia la independencia

El planeamiento integral de la transición debe centrarse en un grupo coordinado de actividades enfocadas en los estudiantes, que deben estar vinculadas a las metas de transición del estudiante (Comité nacional conjunto sobre discapacidades de aprendizaje, 1994). Los orientadores o consejeros, los psicólogos escolares y los padres deben apoyar al estudiante mientras hace planes sobre las alternativas posteriores a la escuela secundaria, lo que puede lograrse de manera formal (si el estudiante tiene un PEI) o informal. El grupo en su conjunto debe desarrollar un plan de transición razonable que describa:

  • A dónde planea ir la estudiante luego de la escuela secundaria
  • Qué se debe hacer ahora para que alcance sus objetivos
  • Quién debe participar en este proceso
  • Quién implementará y quién controlará las actividades de transición recomendadas y vigilará el progreso junto a la estudiante durante el proceso.

Último año de la escuela secundaria: Cómo garantizar una base firme

Quizás el último año de la escuela secundaria es el más crítico para los estudiantes, ya que sienta las bases finales para su experiencia posterior al secundario. El programa académico propuesto para el último año del secundario debe seleccionarse con sumo cuidado, debido a que los funcionarios de admisión de la universidad buscan minuciosamente cualquier cambio o tendencia en el rigor educativo del programa de estudio. Dependiendo de los objetivos que se fijó la estudiante para la etapa posterior al secundario, se le debe advertir que si opta por tomar sólo dos o tres clases de la preparatoria para la universidad por semestre, podría parecer que no está preparada para el programa de estudio competitivo de la universidad que comúnmente consiste en cuatro o cinco cursos. Los orientadores o consejeros deben tratar estos temas con anticipación para asegurarse de que el estudiante y sus padres entienden las consecuencias de tales decisiones.

Como rutina, no se debe exceptuar a los estudiantes con DA de algunas de las materias optativas de la escuela secundaria (por ejemplo, idioma extranjero o matemáticas) sin una consideración cuidadosa de las consecuencias que esas prerrogativas pueden tener en el proceso de admisión en la universidad. Para una estudiante es mejor asumir la carga de los cursos más difíciles que pueda soportar (con asistencia) y obtener “buenas calificaciones”, antes que llenar el certificado de estudios por materia  con “cursos de relleno” como “Frisbee 101”!

Cómo abogar por sí mismo y el uso de adaptaciones razonables

No es raro que estudiantes con DA o TDAH del penúltimo año, o incluso del último año, de la escuela secundaria, se reúnan por primera vez con un consejero para acceder a la universidad y no tengan la menor idea sobre la clase de ámbito al que quieren asistir al concluir el secundario, o el nivel de servicios de apoyo para la DA que puedan necesitar. Para que una estudiante pueda participar de manera significativa en el proceso de transición, debe aprender cómo abogar por sí misma. La estudiante debe poder expresar el efecto que su discapacidad puede tener en el rendimiento académico. También debe ser capaz de identificar cualquier adaptación razonable (por ej., más tiempo para los exámenes, un apuntador, menor carga horaria), ayudas tecnológicas (por ej., libros en audio, computadora Alpha Smart) o servicios de apoyo que necesitará para compensar su DA y/o TDAH. En la comodidad del ambiente de la escuela secundaria, se debe alentar a la estudiante a “probar” adaptaciones o asistencia especiales tales como libros de audio o software para diseñar trabajos escritos, para que pueda determinar qué es lo que le resulta más útil antes de entrar a la universidad. Durante la conferencia anual del PEI o en las reuniones de planeamiento de la transición, se debe animar a la estudiante a que exprese sus preocupaciones, preferencias y opiniones basadas en su experiencia personal. La reunión del PEI es un foro ideal para que un estudiante secundario con DA practique sus técnicas de autodefensa y para que hable sobre sus propios planes para el futuro.

Es durante este período que el planeamiento debe centrarse en hacer concordar sus intereses y su capacidad con los ámbitos más apropiados de la etapa posterior al secundario. Es posible que el personal de orientación sea especialmente útil si describe (idealmente basados en sus visitas personales a colegas)  la amplia gama de opciones de carreras de dos y cuatro años para los estudiantes luego de su graduación. 

En el próximo artículo resumiré las recomendaciones específicas sobre cómo hallar la afinidad perfecta o condiciones ideales luego del secundario para los estudiantes con DA y/o TDAH que van camino a la universidad.

Referencias en inglés

Babbitt, B.C., & White, C. M. (2002). “R U Ready?” Helping Students Assess Their Readiness for Postsecondary Education. Teaching Exceptional Children, Vol. 35(2), 62-66.

Brinckerhoff, L.C., McGuire, J.M., & Shaw, S.F. (2002). Postsecondary education and transition for students with learning disabilities (2nd ed.). Austin, TX: PRO-ED.

Eaton, H., & Coull, L. (1998). Transitions to postsecondary learning: Self-advocacy handbook. Vancouver, BC: Eaton Coull Learning Group.

National Joint Committee on Learning Disabilities. (1994). Secondary to postsecondary transition planning for students with learning disabilities. (pp.97-104) Austin, TX:PRO-ED.

Thomas, C. (1999, May/June). Supporting student voices in transition planning. Teaching Exceptional Children, 31(5), 4-9.